Miles de personas siguieron el consejo de su entidad financiera, especialmente la antigua Bankpyme, para invertir sus ahorros en un producto que se les ofreció como si se tratara de un deposito garantizado a plazo fijo: los bonos de la constructora Fergo Aisa. Ahora, numerosas sentencias reconocen el derecho de estos afectados a recuperar sus ahorros por las irregularidades de los bancos a la hora de comercializar este producto complejo y de riesgo.