Frequent questions
¿Qué es el amianto?
El amianto (palabra de origen latino, amiantus, que significa incorruptible) o asbesto (de origen griego que significa incombustible) es una fibra natural que, por sus características tecnológicas excepcionales, como su inflamabilidad, buena resistencia térmica y mecánica, buena resistencia a los ácidos y álcalis, resistencia al paso de la electricidad y los microorganismos, se ha utilizado en múltiples aplicaciones de ámbitos tan diversos como en la construcción, la industria y los productos de gran consumo.
La denominación de asbesto se utiliza más en América y en el norte de Europa, mientras que la de amianto se emplea en los países mediterráneos.
Cuando hablamos de fibras de amianto (formas asbestiformes), estamos designando un conjunto de miles de fibrillas elementales sólidamente unidas en forma de haces o agregados de fibras de diferentes longitudes o diámetros. Estos pueden separarse con facilidad longitudinalmente en fibras cada vez más finas hasta llegar a las fibrillas de dimensión microscópica. Aquí reside la clave de la peligrosidad del amianto: las fibrillas no se ven, no se sienten, no se tocan, no se huelen, no tienen gusto; es decir son imperceptibles.
¿Cuando se prohibió el amianto?
El año 2017 se conmemora el 15º aniversario de la prohibición del amianto en España. La prohibición entró en vigor en el conjunto de la UE en el año 2000 pero el gobierno español pidió una moratoria de dos años que les fue concedida.
No hay una fecha concreta que sirva para señalar el día de la prohibición, ya que ésta se desarrolló y desplegó mediante diversos decretos publicados a lo largo del año que hacían referencia a aspectos más o menos concretos (prohibición de importación, de manipulación, etc.).
¿Cómo afecta el amianto en la salud?
La inhalación de fibras de amianto puede dar lugar a diversas alteraciones y enfermedades, algunas de benignas, como las placas pleurales, y otros de graves o muy graves como la asbestosis o varios tipos de cáncer.
No todo el mundo que ha sido expuesto a amianto acabará sufriendo una enfermedad por este hecho. Que se desarrolle o no una enfermedad y el tipo de enfermedad que aparezca dependerá de varios factores como: intensidad y duración de la exposición, tipo de asbesto y las características de las fibras, tiempo transcurrido desde el inicio de la exposición, exposición concomitante a tabaco u otros agentes cancerígenos y características individuales
¿Cuales son los índices de mortalidad por el amianto?
Según la OMS, el amianto es responsable cada año de más de 100.000 muertes en todo el mundo, principalmente causadas por cáncer de pulmón, mesotelioma (un cáncer de la membrana pulmonar que sólo lo provoca la exposición a fibras de asbesto) y asbestosis. La UE estima que antes de 2030, el amianto habrá causado medio millón de muertes en territorio comunitario como consecuencia de exposiciones ocurridas entre los años 80 o 90 del siglo pasado. Este dato tiene que ver con lo que se denomina período de latencia de las enfermedades causadas por el amianto, es decir, el tiempo que las fibras de asbesto pueden estar alojadas en nuestro organismo antes de desarrollar de forma efectiva la enfermedad. En el caso de este conjunto de patologías, el período de latencia se sitúa entre 20 y 40 años. La UE acumula, según también la OMS, el 56% de las muertes por mesotelioma y más del 41% de las defunciones por asbestosis registradas en todo el mundo.
Entre los años 1975 y 2010, en España se reconocieron de forma oficial 6037 casos de muerte por amianto. Fuentes sindicales estiman que a día de hoy mueren anualmente al Estado 700 personas víctimas de cánceres provocados por la exposición al amianto.
¿Qué son las víctimas pasivas?
Hay varios grupos dentro de las llamadas víctimas pasivas. El primer gran grupo lo constituyen las víctimas domésticas. Hablamos de familiares y personas que han convivido con trabajadores del amianto que han enfermado como consecuencia de haber sido expuestas a las fibras de asbesto que estos trabajadores llevaban a casa, adheridas a la ropa de trabajo y el cabello. La normativa legal vigente establecía la obligación por parte de las empresas de hacerse cargo de la limpieza de la ropa de trabajo de sus empleados y poner a disposición taquillas dobles de tal forma que su ropa de calle no pudiera entrar en contacto con la ropa de trabajo y verse contaminada.
Esto no se hizo prácticamente nunca. Durante décadas los trabajadores llevaron su ropa en casa para ser limpiada, poniendo en peligro sin saberlo la salud de su familia. En los últimos años, se han multiplicado los casos de mujeres que han muerto por esta exposición doméstica al amianto en haber sido responsables tradicionalmente de la colada. Existen ya muchas sentencias que hacen responsables las empresas también por estas muertes.
Otro gran grupo son las víctimas ambientales, con mucha más dificultad demostrable. En este caso, son personas que han estado expuestas al amianto sin haber trabajado nunca en contacto con este material ni haber convivido con nadie que lo fuera sino que han sufrido exposiciones accidentales sin causa conocida o por haber vivido en un radio de 2 o 3 kilómetros respecto algún punto emisor de fibras de amianto.
¿Porqué no se diagnostican más casos de amianto?
Un estudio confeccionado por Alfredo Menéndez Navarro, catedrático de Historia de la Ciencia de la Universidad de Granada, y Montserrat García Gómez, especialista en Medicina del Trabajo, Salud Pública y Medicina Preventiva, asegura que sólo el 6,4% de los hombres y el 4,4% de las mujeres que finar en España entre 2007 y 2011 por mesotelioma pleural atribuible a exposición laboral al amianto han sido reconocidos como enfermos de origen laboral por la Seguridad Social. En el caso del cáncer de bronquios y de pulmón vinculados a la exposición laboral al amianto, la tasa de infradiagnosi es aún más elevada, pues alcanza el 98,8%. En el año 2000, la UE publicó un informe (Informe Eurogip) que señala a España como el país de la UE que menos casos de asbestosis y cánceres causados por amianto registra como enfermedad profesional. En términos globales, España acepta oficialmente 35 veces menos casos de asbestosis que Alemania, 21 vez menos que Bélgica y 15 veces menos que Francia e Italia. Con respecto al cáncer, Noruega reconoce 183 veces más casos que España, Dinamarca 133, Francia 124 y Italia 41 veces más.
Razones para la infradiagnosi
La causa por estas enormes diferencias no se pueden buscar ni a las cifras y volumen de importación de amianto en España ni en la composición del tejido industrial. De hecho, España no importó significativamente menos cantidad de amianto por habitante que países como Francia o Alemania y las actividades económicas con más arraigo tradicional en España como pueden ser la construcción o la fabricación de automóviles son industrias que han empleado masivamente el asbesto.
La razón, por tanto, hay que buscarla en las deficiencias de nuestro sistema compensador y en la voluntad de reducir al máximo el reconocimiento de enfermedades profesionales para ahorrar a las arcas públicas el incremento de prestaciones que este reconocimiento implica. Piense que en caso de que se reconozca el origen laboral de una enfermedad, la prestación de invalidez o fallecimiento se incrementa en un porcentaje significativo. La empresa puede ser responsable del pago de este recargo en caso de que se determine vulneración de la normativa protectora.
¿Existen fondos de compensación para las víctimas?
A diferencia de lo que sucede en Francia, Holanda o Bélgica, España no dispone de ningún fondo de compensación para las víctimas del amianto. Cada uno de estos fondos tiene un funcionamiento y contempla casuísticas muy diferentes, pero mantienen como denominador común establecer un cierto automatismo a la hora de indemnizar trabajadores afectados por patologías causadas por el amianto (también diferentes según los distintos fondos estatales de compensación ) una vez establecido que la totalidad o una parte de su vida laboral se desarrolló en contacto con el asbesto.
En mayo de 2016, el Parlamento Vasco aprobó por unanimidad trasladar al Congreso una propuesta de ley para crear un fondo de compensación en España. La propuesta sigue su trámite y ha comenzado a discutirse en el Congreso.
¿Como funciona la vía judicial?¿Qué se puede reclamar?
Dada la ausencia de un fondo de compensación por parte de la Administración a la hora de proteger los derechos de las víctimas, las personas afectadas por el amianto en España se ven obligadas y obligadas a recurrir a la vía judicial para de obtener el reconocimiento y las prestaciones que les corresponden. Hablamos de procesos largos donde las empresas más habitualmente implicadas como la multinacional URALITA agotan una y otra vez la posibilidad de recurso para alargar la resolución, llegando de forma habitual hasta el Tribunal Supremo que ya ha condenado reiteradamente la empresa. Esto, aparte de resultar un sufrimiento innecesario, implica que de forma muy habitual las personas que instan a los procesos no sobreviven hasta el momento de obtener una resolución definitiva dado que las enfermedades causadas por el amianto presentan largas latencias pero, una vez iniciado su desarrollo, no otorgan una esperanza de vida que vaya más allá de 2-3 años. En estos casos, son los herederos que acaban obteniendo compensaciones.
¿Qué se demana en los juicios?
Los casos más habituales son aquellos en los que una persona enferma reclama que se reconozca que:
a) su enfermedad ha sido causada por la exposición al amianto en el lugar de trabajo
b) la empresa incumplió el deber de proteger su salud
Frente a ello, las empresas han argumentado de forma habitual que no incumplieron ninguna norma porque en realidad no había normativa a aplicar específicamente sobre la exposición al amianto en el lugar de trabajo.
Al respecto ya existe jurisprudencia del Tribunal Supremo específicamente que en España existía al menos desde los años 40 normativa vigente que imponía a las empresas especial deber de protección hacia los trabajadores expuestos al amianto. Los incumplimientos sistemáticos y sostenidos en el tiempo de esta y ulterior normativa han sido considerados probados por parte del TS. Aún así, nos vemos obligados una y otra vez a hacer frente a recursos judiciales por parte de empresas como Uralita que repiten argumentos la verosimilitud de los cuales ya ha sido descartada por los tribunales.
La consecuencia de todo ello es que cada año se reconocen por partes de los tribunales muchos más casos de enfermedad y fallecimiento causada por el amianto que los casos reconocidos por la Seguridad Social sin necesidad de acudir a los tribunales. Algunos años, nuestra cooperativa ha obtenido más sentencias favorables en este sentido que la totalidad de casos reconocidos en todo el Estado por el servicio público de salud.
Se podría decir que el camino judicial con respecto a las víctimas de origen laboral ya ha sido muy aplanado por la gran cantidad de sentencias conseguidas. La situación, sin embargo, es diferente en cuanto a las llamadas víctimas pasivas.
¿Qué se puede reclamar?
Las compensaciones que las personas afectadas o sus herederos pueden obtener son:
- Incremento de la pensión
- Indemnización
- Revisiones médicas gratuitas
Si crees que puedes estar afectado y quieres reclamar tus derechos, llama al 900 802 525 o rellena el formulario de contacto que tienes en esta web.
¿Por qué cuesta más que se reconozcan las víctimas pasivas?
A día de hoy, existen muchas dificultades para conseguir judicialmente que se reconozca su condición de víctimas del amianto y en cara más la concreta responsabilidad de alguna empresa que se haga cargo de las pertinentes indemnizaciones y recargos de prestaciones.
Sin embargo, las víctimas domésticas se benefician de los propios incumplimientos en materia de normativa laboral de las empresas, ya que la obligación vulnerada por parte de la empresa de hacerse cargo de la limpieza de la ropa forma parte de los incumplimientos judicialmente probados. Por lo tanto, los tribunales de la jurisdicción social que se hacen cargo de estas demandas aplican un criterio con un apoyo jurisdiccional muy sólido.
Las demandas en aquellos casos en que no hay relación laboral se juzgan a la jurisdicción civil y aquí la cosa cambia radicalmente. Se podría decir que hasta ahora los tribunales utilizan un argumento poco convincente para desestimar las demandas de las víctimas: vienen a decir que hay tanto amianto a nuestro alrededor que es imposible responsabilizar a una empresa concreta de la enfermedad. Lo hacen, incluso, en casos que llaman tanto la atención como la localidad de Cerdanyola, que acogió una de las principales fábricas de Uralita y donde, a día de hoy, se sigue diagnosticando un nuevo caso de enfermedad relacionada con el amianto cada semana. A pesar de la evidencia de la incidencia del amianto en la población -sin parangón respecto cualquier otro población del Estado, incluyendo localidades que han acogido fábricas grandes como Getafe- los tribunales hasta ahora se han negado a vincular las víctimas pasivas de Cerdanyola con Uralita. Actualmente, esperamos una importante resolución sobre esta cuestión de la Audiencia Provincial de Madrid.
¿Existe alguna normativa cuando hay amianto en edificios públicos?
En relación con la problemática específica de las víctimas pasivas ambientales, hay que destacar alguna iniciativa que ha servido para aprobar en diferentes municipios algunas resoluciones instando a la retirada del amianto de edificios públicos -especialmente escuelas- y de las vías. La pionera en este sentido fue la localidad de El Prat. La ciudad acoge la muy activa Asociación de Víctimas Afectadas por el Amianto de Cataluña (AVAAC) que consiguió que el Pleno aprovara una moción que ha servido de ejemplo para otros municipios. Fuera de Cataluña, especialmente en las Islas Baleares y Andalucía también ha habido importantes campañas para instar a la retirada del amianto de las escuelas públicas.
¿Qué es y qué hace la AVAAC (Asociación de Víctimas Afectadas por el Amianto en España)?
La AVAAC (Asociación de Víctimas Afectadas por el Amianto en España) es sin duda la asociación más activa en Cataluña con respecto a la denuncia de los efectos del amianto. Ha sido impulsada por un grupo de trabajadores relativamente jóvenes -entre 40 y 50 años- procedentes principalmente de la empresa Honeywell del Prat, dedicada a la fabricación de pastillas de freno, una de las actividades con riesgo de exposición asociado, pues las pastillas utilizaban el amianto por sus propiedades ignífugas.
Su situación sirve para ilustrar un aspecto poco conocido de la problemática del amianto como es la situación de los trabajadores que, como ellos, han trabajado en contacto con amianto en empresas condenadas por la falta de medidas de seguridad. Estos trabajadores se someten anualmente a una revisión médica en busca de indicios de desarrollo de la enfermedad al estar dentro del periodo de latencia desde que la empresa dejó de utilizar amianto en 2002 (Honeywell apuró al máximo el plazo ). Imagínese el drama de saber que durante los próximos más de veinte años pueden desarrollar una enfermedad necesariamente mortal en cualquier momento. Esta inevitable angustia es la base de una demanda absolutamente pionera interpuesta en España exigiendo compensaciones por los trastornos de ansiedad que sufren que sigue el ejemplo de una demanda similar interpuesta en Francia, donde los tribunales acabaron dando la razón a los trabajadores afectados. Sobre el tema, El Periódico hizo un artículo interesante.
La propia AVACC es muy activa también en intentar que el reconocimiento de enfermedades provocadas por el amianto así como la denuncia de lo que ellos llaman uno de los "mayores genocidios indutriales de la historia". En este sentido, una de las iniciativas que la propia AVAAC y el sindicato CGT impulsan es para conseguir que el gobierno permita a los trabajadores expuestos al amianto acceder de forma anticipada a la jubilación sin penalización económica. Tenéis más información en este enlace.