EL INSS reconoce el primer caso que afecta a un trabajador del Metro de Barcelona
El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) ha reconocido por primera vez la situación de incapacidad permanente en grado de absoluta derivada de contingencia profesional por exposición al amianto a un trabajador actualmente jubilado afectado de cáncer de pulmón que prestó servicios a Metro de Barcelona entre los años 1975 y 2011.
«Que nadie vuelva a negar la gravedad de la situación ni el riesgo al que han sido expuestos los trabajadores del Metro de Barcelona que han desarrollado sus tareas diarias en contacto con el amianto sin ser conscientes de ello. Y, a menudo, lo han hecho en espacios poco o mal ventilados, sin equipamientos para proteger su salud ni estar sometidos a revisiones médicas adecuadas que hubieran favorecido diagnósticos precoces de las graves patologías que provoca el asbesto», remarca Jaume Cortés, abogado de Colectivo Ronda que coordina el equipo legal que está asesorando la plantilla de Metro de Barcelona en relación a la problemática generada por la presencia de amianto en las instalaciones del suburbano. «Seguir negando la evidencia sólo puede conllevar que demoremos irresponsablemente la adopción de todas las medidas necesarias para prevenir la pervivencia de cualquier riesgo relacionado con la exposición al amianto tanto de la plantilla de TMB como de sus familias, que pueden verse igualmente afectadas por la presencia de asbesto en el ámbito doméstico en forma de fibras adheridas a la ropa de trabajo, el cabello o la piel», prosigue el abogado. «Ahora ya tenemos un caso reconocido por el INSS y esperemos que, en breve, tengamos las primeras resoluciones judiciales que establezcan el nexo causal entre la presencia de amianto en el Metro y las patologías que afectan y afectarán a otros trabajadores a los que no se les ha reconocido en vía administrativa el origen laboral de sus enfermedades y las prestaciones a las que tienen derecho ellos mismos en primera persona o sus familias en aquellos casos en que, desgraciadamente, ya han muerto, tal y como sucede con las demandas interpuestas por cuatro viudas», explica Cortés, quien también recuerda que «hace poco más de un año, los responsables de Metro de Barcelona negaban la existencia de amianto en los trenes y talleres. Después se admitió que había, pero se negaba la peligrosidad. Ahora ya no hay margen a la duda y corresponde que los trabajadores con problemas de salud causados por la inhalación de estas fibras puedan disfrutar del reconocimiento y los derechos que les corresponden, pues nos estamos encontrando con una serie de patologías como la asbestosis, el cáncer de pulmón o el mesotelioma que el cuadro de enfermedades profesionales en vigor atribuye como dolencias laborales propias de la actividad ferroviaria, especialmente con respecto a los profesionales dedicados a tareas de mantenimiento».
Actualmente, Metro de Barcelona está sometiendo su plantilla a revisiones médicas especializadas para detectar casos de afectaciones relacionadas con la exposición al amianto que de momento, y según datos proporcionados por la propia TMB, han servido para identificar 4 posibles casos de patologías de este tipo y al menos una treintena de afectaciones de menor gravedad generadas igualmente por el amianto como son las placas pleurales y el engrosamiento de la pleura. «No podemos olvidar -enfatiza el abogado de Colectivo Ronda- que las enfermedades del amianto tienen largos periodos de latencia y tardan entre 20 y 40 años en desarrollarse. Apenas estamos asistiendo al inicio de una trágica historia hasta ahora oculta».