Una sentencia atribuye al amianto el cáncer de pulmón de un ex-trabajador de Bendix
El Juzgado Social número 3 de Barcelona considera acreditado que el origen del cáncer de pulmón que acabó con la vida de un ex-trabajador de Bendix (Parets del Vallès) fue la exposición al amianto que sufrió en su centro de trabajo, dedicado principalmente a la fabricación de sistemas de frenos y embragues para la automoción.
Por primera vez, una sentencia judicial relaciona la patología mortal de un ex-trabajador de la fábrica de BENDIX en Parets del Vallès con la exposición al amianto en su centro de trabajo. El Juzgado Social número 3 de Barcelona considera acreditado que el trabajador, fallecido en el año 1989 como consecuencia de un cáncer de pulmón, sufrió las consecuencias de la inhalación de las fibras de amianto, un material que se empleó de forma habitual en las instalaciones de BENDIX para la fabricación de pastillas de freno y otros componentes industriales que requerían de especial resistencia a la fricción.
La resolución, conseguida a instancias de Colectivo Ronda, recoge un informe emitido por el Centro de Seguridad e Higiene en 1984 en el que se constataba que las operaciones de montaje y manipulación de las zapatas de freno «se realizan sin ningún tipo de aspiración localizada y los operarios no utilizan ningún medio de protección personal». Dos años después, el mismo Centro reiteraba sus advertencias respecto a las condiciones de trabajo en relación a la exposición al amianto e instaba a la empresa a inscribirse en el RERA -Registro de Empresas con Riesgo de Amianto- y realizar una evaluación ambiental «para determinar la existencia de trabajadores potencialmente expuestos al amianto» así como« hacer un informe resumen de los reconocimientos médicos a los trabajadores en riesgo». Cuatro años más tarde, en 1990, desde el Centro de Seguridad e Higiene se hacía un nuevo informe donde aparece que «estimamos necesaria la evaluación ambiental inicial, dado que según la información disponible no la han efectuado todavía, así como los reconocimientos médicos periódicos, tal como se requirió en 1986».
Para Jaume Cortés, abogado de Colectivo Ronda responsable de esta sentencia, las nulas consecuencias de los reiterados requerimientos expresados por el Centro de Seguridad e Higiene respecto el riesgo de exposición al amianto demuestran «un grave incumplimiento de la normativa en materia de prevención y seguridad en relación a un material extremadamente peligroso para la salud que cada año provoca la muerte de más de 700 personas en España como consecuencia de diferentes formas de cáncer causadas por la exposición al amianto en el ámbito laboral».
La sentencia obliga al INSS a incrementar la cuantía de la pensión de viudedad que percibe la esposa del difunto trabajador, tal y como corresponde en aquellos casos en que la muerte está causada por una patología de origen profesional. «Se trata -explica el abogado de Colectivo Ronda- de un primer nivel de reconocimiento. Ahora, sin embargo, reclamaremos la imposición de un recargo adicional sobre la prestación y una indemnización por daños y perjuicios dado que consideramos que existen indicios más que suficientes para considerar que esta muerte, como la de muchos otros ex-trabajadores de Bendix que hasta ahora permanecen en el olvido, es responsabilidad de la empresa por no proteger a su plantilla frente a los efectos del amianto. No podemos olvidar que en España ya desde los años 40 del siglo pasado existía legislación específica en materia de prevención relacionada con el riesgo que supone la exposición al amianto y, por tanto, no es posible por parte de BENDIX alegar desconocimiento respecto la peligrosidad del material o la inexistencia de normativa específica».
Un nuevo punto negro de la geografía del amianto?
Diferentes localidades catalanas están especialmente marcadas por el trágico legado del amianto. Este es el caso de Cerdanyola y Castelldefels, por ejemplo, donde se ubicaron las gigantescas fábricas de Uralita S.A. y Rocalla S.A., respectivamente. Miles de trabajadores pasaron por estas enormes instalaciones industriales en situación de constante exposición al amianto y en un entorno de reiterado incumplimiento de las más elementales medidas de seguridad y protección de la salud, tal y como ha quedado reiteradamente probado por numerosas sentencias judiciales, incluyendo resoluciones firmes del Tribunal Supremo.
Como sucede con Uralita o Rocalla, también Bendix ha sido un referente indiscutible de la vida económica y social de la localidad que la acogía, en este caso, Parets del Vallès y las poblaciones vecinas de la comarca del Vallès Oriental donde tenían su residencia la mayoría de personas que en el transcurso del tiempo trabajaron allí. Miles de trabajadores y trabajadoras que, sin ser conscientes de ello, estuvieron expuestos diariamente a las mortíferas fibras de amianto en su lugar de trabajo y poniendo en riesgo, sin saberlo, la salud de sus familiares cuando llevaban a casa la ropa de trabajo para lavar. Un peligro del que no escapan los vecinos y vecinas que vivían cerca de las instalaciones de la Bendix, vulnerables también a la presencia de estas minúsculas pero mortales fibras dispersas en el ambiente. Precisamente, Colectivo Ronda ha instado también de la primera sentencia conseguida en España que hacía responsable una empresa, en este caso URALITA, de la muerte y las patologías de un grupo de vecinos de Cerdanyola sin relación laboral con la multinacional afectados por la exposición a las fibras de amianto procedentes de la fábrica. «Las enfermedades causadas por el amianto -explica Jaume Cortés- tardan entre 20 y 40 años en manifestarse. La Bendix se instaló en Parets en 1961. Puede haber muchas personas afectadas en los próximos años. Es importante que toda esta gente conozca sus derechos y sepa que la legislación les ampara y reconoce el derecho, tanto a las víctimas como a sus familiares, a ver incrementadas sus pensiones, incluyendo las de viudedad y orfandad, así como beneficiarse de revisiones médicas gratuitas y especializadas y obtener indemnizaciones, exigiendo a la empresa su responsabilidad por el daño causado. Debemos acabar con la impunidad».