Desde el Col·lectiu Ronda apoyamos la convocatoria de huelga parcial del próximo día 7 de febrero de 2024 planteada por los sindicatos CGT, Intersindial-CSC e Intersindical Alternativa de Cataluña (IAC) en solidaridad con el pueblo palestino, contra la política de genocidio y para denunciar las graves repercusiones de este conflicto sobre el conjunto de la sociedad civil y la clase trabajadora de todo el mundo.
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El próximo 7 de febrero de 2024, los despachos de Col·lectiu Ronda en Catalunya cerrarán sus puertas entre las 12h y las 14 horas en seguimiento de la convocatoria de huelga parcial realizada por los sindicatos CGT, Intersindial-CSC e Intersindical Alternativa de Catalunya que cuenta con el apoyo y participación de numerosas entidades y organizaciones comprometidas con la defensa de los derechos humanos.
En el transcurso de los 4 meses transcurridos desde el inicio de las operaciones militares de Israel contra la población de la Franja de Gaza y el conjunto del territorio palestino hemos visto cómo la barbarie, el odio y la brutalidad se convertían en un intolerable espectáculo de dolor constante al que la comunidad internacional asiste entre el silencio cómplice y la colaboración indisimulada. Gobiernos serviles mirando hacia otro lado y desoyendo la llamada de la ciudadanía a presionar de forma efectiva para forzar el fin inmediato de la agresión injustificable perpetrada a diario por el Estado de Israel contra una población civil martirizada sin piedad. En ese tiempo, cerca de 30.000 personas han muerto en Gaza, en su inmensa mayoría mujeres y niños y las personas desplazadas se acercan ya a los dos millones. Los supervivientes habitan un territorio devastado y sin esperanza. Sin la poca esperanza de que podía sobrevivir en un territorio cruzado por mil tragedias e injusticias desde hace décadas.
Y mientras Gaza y Cisjordania se desangran, mientras la legalidad internacional es burlada impunemente, estados como el español mantienen su complicidad y siguen lucrándose con el comercio de armas y tecnología militar. Las mismas armas y tecnología que durante estos meses han arrebatado la vida y causado pavorosas heridas a decenas de miles de personas, víctimas inocentes de un terrible conflicto.
Armas y guerras. Confrontaciones donde el pueblo, la clase trabajadora, siempre lo tiene todo a perder y nada que ganar porque las guerras nunca se hacen pensando en el pueblo. Es por eso que contra ésta y contra todas las guerras, la clase trabajadora del mundo debe unirse en un llamamiento global que deje atrás las fronteras y despliegue por encima de las trincheras el viento de la solidaridad, exigiendo que los recursos que se destinan al triste negocio de la muerte se dediquen a construir un futuro mejor para todos y todas. En Gaza y en todo el mundo.
Contra el genocidio, la barbarie y las guerras, el miércoles cerramos nuestros despachos