«TMB es irresponsable con el amianto del Metro», Àlex Tisminetzky, abogado de Colectivo Ronda
Desde el Colectivo Ronda queremos manifestar nuestro estupor y profunda inquietud por la actitud adoptada por la dirección de TMB a raíz de la detección de pintura bituminosa, fabricada parcialmente con amianto, en al menos 39 convoyes de las líneas L-1 y L 3 del Metro de Barcelona.
«No se puede generar alarma injustificadamente, pero aún menos ignorar lo que es un peligro manifiesto para la gente que puede haber sido expuesta a las microfibras de amianto presentes en estos y otros convoyes que se puedan analizar de futuro, especialmente el personal de mantenimiento ferroviario », sostiene Alex Tisminetzky, abogado de Colectivo Ronda.
Para Àlex Tisminetzky, abogado de Colectivo Ronda, «la decisión de TMB de mantener en circulación los convoyes donde se ha detectado la presencia de pintura fabricada parcialmente con amianto hasta la finalización de su vida útil es una grave irresponsabilidad» . El abogado, especialista en prevención de riesgos y responsable de numerosas sentencias que han condenado empresas como Honeywell, Rocalla o Uralita por enfermedades causadas a sus trabajadores y familiares como consecuencia de la exposición al amianto, lamenta que no se priorice la seguridad del personal de TMB ante las dificultades técnicas y económicas de proceder al completo desamiantado de los convoyes y las instalaciones del suburbano. «El argumento de que se ha detectado amianto pero no supone ningún peligro es absolutamente falaz, como lo es pensar que señalizar los elementos susceptibles de incorporar este componente resulta una medida suficiente de protección de la salud de los trabajadores».
No sólo la pintura
Según TMB, los 39 convoyes donde se ha constatado la presencia de pintura bituminosa -a falta de analizar 100 más- continuarán circulando durante al menos 3 años hasta la finalización de su vida útil y sustitución por nuevos vehículos fabricados, ahora sí, sin elementos que incluyan amianto, material prohibido al conjunto de la Unión Europea desde el año 2000 y responsable de graves patologías como el cáncer de pulmón, la asbestosis o el mesotelioma pleural. La autoridad metropolitana considera que la circulación de estos convoyes no supone ningún riesgo y, por tanto, no requiere de la inmediata sustitución o encapsulado de los componentes fabricados con amianto, al contrario de lo que se ha hecho en Metro de Madrid, donde se han paralizado los convoyes afectados para proceder a su retirada. «Estos convoyes han sido fabricados en la década de los 80 y es perfectamente verosímil pensar que la presencia de amianto no se limita sólo a la pintura bituminosa -explica Tisminetzky- La industria ferroviaria ha sido una de las que ha hecho un uso más intensivo de el amianto y es prácticamente seguro que, por ejemplo, los zapatos de freno de estos trenes se han fabricado utilizando asbesto. Y estos sí son elementos mecánicos expuestos a muchas más posibilidades de desgaste y a desprender fibras de amianto potencialmente cancerígenas. Hay que recordar que desde el año 2003, un informe del Ministerio de Sanidad consideraba al 100% de los profesionales dedicados al mantenimiento de vehículos ferroviarios en situación de riesgo por la exposición al amianto».
Control médico y patalogías de origen laboral
En su comparecencia pública del pasado martes 23 de octubre, los responsables de TMB confirmaron que actualmente se están sometiendo a revisiones médicas 185 trabajadores del Metro en activo y 89 que actualmente están jubilados. A estas alturas, afortunadamente, estas revisiones no han servido para diagnosticar ninguna patología relacionada con la exposición al amianto. Desgraciadamente, Àlex Tisminetzky, quien representa el primer trabajador del Metro que ha demandado a la empresa para que se reconozca el origen laboral del cáncer que padece, recuerda que las enfermedades causadas por la inhalación de fibras de asbesto presentan larguísimos periodos de latencia. «Hablamos de patologías mortales que tardan en desarrollarse entre 20 y 40 años desde el momento de la exposición que la origina. Afortunadamente, se está revisando la salud de los trabajadores del Metro, pero se hace imposible afirmar categóricamente que no se darán enfermedades en los próximos años o que en el pasado no ha habido casos previos que no fueron nunca diagnosticados o que no se atribuir a su verdadera causa, que era el amianto. Al fin y al cabo, se considera que en España menos del 7% de los casos de mesotelioma pleural atribuibles a la exposición al amianto en el ámbito laboral han sido reconocidos por la Seguridad Social como enfermedades de origen profesional». Según el abogado de Colectivo Ronda, «el hecho de que no se hayan presentado más demandas deriva, probablemente, de un desconocimiento previa por parte de los trabajadores de la presencia de amianto en sus puestos de trabajo y de la verdadera peligrosidad de este material».
Concentración de partículas en el ambiente
«Tanto la OMS como las autoridades europeas y numerosas sentencias conseguidas en España -prosigue Tisminetky- hace mucho tiempo que consideran demostrado que no existe ningún umbral de seguridad en cuanto a la prevención del riesgo que supone el amianto. Una única micropartículas en un único momento de exposición puede ser suficiente para causar una patología mortal. Y si hablamos de salud y de seguridad, no hay ningún riesgo de que sea asumible. TMB no puede desinformar como lo está haciendo. No puede hablar de ausencia total de riesgo. La única actuación responsable en estos momentos es la retirada de los convoyes afectados hasta que no se supriman todos los elementos fabricados con amianto o que lo incluyen en su composición y dar máxima prioridad al desamiantado efectivo de las instalaciones del metro, especialmente talleres y cocheras. Cada año, según la OMS, mueren entre 20.000 y 30.000 personas en la Unión Europea por la inhalación de fibras de amianto. No podemos contribuir a perpetuar esta situación».