La asociación Las Kellys denuncia el preacuerdo para el nuevo Convenio de Hostelería de Cataluña
El preacuerdo alcanzado por la patronal CONFEC y los sindicatos CCOO y UGT para la negociación del nuevo Convenio Interprovincial de Hostelería de Cataluña pretende legitimar la situación de cesión ilegal de trabajadoras que sufre la mayor parte del colectivo de camareras y limpiadoras de hotel.
El pasado día 28 de julio, la patronal CONFEC anunciaba un preacuerdo suscrito con los sindicatos CCOO y UGT en el marco de la negociación que desde hace meses se desarrolla entre los dos sindicatos y los representantes empresariales para la renovación del Convenio Interprovincial de Hostelería de Cataluña. En el comunicado de prensa difundido por la organización presidida por Joan Molas, la entidad patronal fundamentaba la consecución del preacuerdo «principalmente en el gesto que ha hecho el sector empresarial» y anunciaba que CONFEC «abogaba porque en determinadas categorías profesionales las condiciones de las nuevas externalizaciones se equiparen a aquellas que marca el Convenio». Sin duda, una referencia velada al conflicto que desde hace tiempo afecta al colectivo de limpiadoras y camareras de hotel que, mediante la actividad de la asociación Las Kellys constituida en Barcelona y extendida actualmente a otros muchos muchos puntos de el Estado, no han dejado de denunciar y hacer pública la pauperización y degradación de las condiciones de trabajo que sufren como consecuencia, precisamente, del recurso abusivo a la externalización del servicio.
Sin voz en la negociación
A pesar de la insistencia de su petición, la asociación Las Kellys no ha podido participar, ni tan siquiera en condición de oyente, del proceso negociador, reservado a la parte empresarial y las organizaciones sindicales más representativas del sector. Esto, sin embargo, no ha sido obstáculo para que en el transcurso del dilatado proceso negociador, Las Kellys hayan expresado reiteradamente su temor a que finalmente quedara fuera del acuerdo una de sus principales reivindicaciones: la prohibición de que los hoteles sigan externalizando y subcontratando el servicio de limpieza de las habitaciones.
El contenido del preacuerdo que ha trascendido a través de las propias partes negociadoras parece avalar completamente este temor. Lejos de implementar mecanismos para evitar unas externalizaciones que suponen incurrir en una práctica evidente de cesión ilegal de mano de obra, el futuro acuerdo parece sólo comprometerse a obligar a las subcontratas a respetar los niveles salariales del propio Convenio, sin cuestionar en ningún momento lo que constituye una realidad de fraude estructural en la contratación de la que son partícipes la mayoría de empresas del sector.
La precariedad de la profesión
Al abrigo de los años de extraordinaria bonanza que vive el sector turístico en Cataluña y el conjunto del Estado, las más de 200.000 personas que diariamente se hacen cargo de la limpieza de las habitaciones de los hoteles donde cada noche pernoctan millones de turistas han visto como sus condiciones laborales y retributivas no han dejado de empeorar en términos globales. Y la principal razón para esta pauperización progresiva hay que buscarla en el hecho de que menos del 50% de estas profesionales están contratadas por los hoteles donde trabajan.
Entre los múltiples efectos nocivos de la última reforma laboral del año 2012, uno de los que más ha tenido que ver con la presente situación de las limpiadoras es el hecho de que actualmente prevalece el convenio de empresa por encima del de sector. Este hecho se ha traducido en que han sido muchos los hoteles y las grandes cadenas hoteleras que han decidido externalizar el servicio de limpieza y contratar para la realización de esta función a grandes empresas multiservicio que disponen de convenio propio y que, invariablemente, imponen a sus trabajadoras retribuciones considerablemente menores a las que corresponderían si estuvieran sujetas al contenido del convenio sectorial. Además, en muchas de las subcontratas se ha hecho del todo habitual contratar a tiempo parcial las limpiadoras para luego obligarlas a hacer más horas de las contratadas y que, según se puede comprobar a través de numerosas denuncias realizadas por Inspección de Trabajo , acaban por no abonarse.
Equiparación salarial
Si bien el preacuerdo contempla, como explicábamos al principio, que las empresas subcontratadas estén obligadas a respetar los niveles salariales acordados mediante Convenio, la medida únicamente contribuye a legitimar a cambio de una mejora salarial lo que en realidad es una cesión ilegal de mano de obra, pues el servicio de limpieza forma parte intrínseca de la actividad de un hotel y, por tanto, no se ajusta a ninguno de los supuestos que la normativa legal vigente contempla para considerar lícito el recurso a una subcontrata. La parte social acepta, por tanto, un ilícito legal sin tomar en consideración que aparte de las condiciones salariales, los convenios generalistas y forzosamente incompletos de empresas que, como sucede en el caso de las multiservicios, desarrollan su actividad en una multiplicidad de campos, áreas y tareas no pueden proteger adecuadamente las condiciones laborales de estas trabajadoras. Nada impedirá que las limpiadoras y camareras continúen abocadas en muchos aspectos a la precariedad de su situación presente, marcada por la temporalidad, la parcialidad, la falta de medidas preventivas para la salud y las cargas excesivas de trabajo. Todo ello, a remolque del crecimiento constante e imparable de los beneficios del sector turístico.
Por todas estas razones, desde Colectivo Ronda ofrecemos pleno apoyo a las reivindicaciones de la asociación Las Kellys y pedimos a las organizaciones sindicales presentes en la negociación que no ofrezcan apoyo a un acuerdo que supone la perpetuación de una situación radicalmente ilegal y a la degradación permanente de las condiciones laborales de un colectivo de trabajadoras que ya han sufrido suficientemente la invisibilidad y el abandono.