La tecnológica SAIFOR presenta concurso de acreedores amenaza la totalidad de los puetos de trabajo
La compañía Saifor, dedicada a la fabricación de componentes para centros de procesamiento de datos y salas de control de alta tecnología, ha presentado concurso de acreedores y pretende despedir la totalidad de la plantilla ocupada en su sede y centro productivo de Vallbona d'Anoia (Barcelona)
El pasado mes de noviembre de 2017, la demarcación de Cataluña Central del Colegio de Ingenieros Industriales de Cataluña decidía galardonar a Saifor con el premio Guillem Catà que anualmente reconoce a las empresas del territorio por su excelencia profesional y trayectoria. En aquella ocasión, el jurado del premio destacaba la «modularidad, funcionalidad y eficiencia» que Saifor aportaba los proyectos tecnológicos e industriales en los que participaba, incluyendo algunos tan destacados como la fabricación y suministro de la totalidad de sistemas de visualización de vuelos con que se ha dotado el nuevo y flamante aeropuerto de Jeddah, en Arabia Saudí, inaugurado en mayo de este mismo año.
A pesar de esta apariencia de solidez por parte de una compañía que ha sido también referente y ejemplo de proyección internacional -llegó a disponer de centros de distribución y representación en Bélgica, Francia, Dubai y Madrid y sus productos se distribuyen en más de 40 países de todo el mundo- Saifor ha presentado concurso de acreedores y ha anunciado a la plantilla la intención de extinguir sus puestos de trabajo. Unos despidos que actualmente se encuentran rodeados de incertidumbre, dado que la empresa ya ha dejado de abonar la paga extra que debería haber pagado en junio así como una parte de la nómina del mismo mes, generando todo tipo de dudas sobre la posibilidad de que los trabajadores despedidos no perciban las indemnizaciones que les corresponderían.
Una dirección errática
Representantes de la plantilla lamentan la aparente decadencia financiera de un proyecto empresarial que adquirió su forma actual en 1991 y consiguió situar el nombre de Saifor entre los representantes ineludibles a la hora de hablar del sector de la tecnología de vanguardia en España. Unas dificultades que fuentes de los trabajadores atribuyen a deficiencias en la toma de decisiones por parte de la dirección de la empresa fundada por el Sr. Josep Isart, especialmente a la hora de impulsar el ambicioso proceso de expansión internacional que ha llevado a Saifor a contar con las filiales antes mencionadas -de las cuales ninguna existe a día de hoy- y destinar buena parte de su producción el mercado internacional. Esta tendencia hacia la internacionalización se vió, además, notablemente acentuada a raíz de la creación en 2010 de ISART GROUP ENTERPRISES, un holding bajo control de la familia Isart a través del cual se incorporaron los hijos del fundador a la gestión de la empresa. La propia página web de Saifor habla de la internacionalización del grupo y la define como «perfectamente programa y realizada» aunque reconoció que fue «muy costosa en cuestión de mentalidad, inversión económica y tiempo». Palabras que a algunos de los trabajadores que ahora se enfrentan a la perspectiva de perder el puesto de trabajo sin percibir la indemnización que les correspondería les resultan «de una triste ironía y cierto cinismo». «La empresa ha hecho esfuerzos enormes para financiar una expansión desmedida que ha acabado transformándose en un gigante con pies de barro -explica uno de los trabajadores afectados- y poniendo en peligro la viabilidad de todo el proyecto empresarial, llevándose por delante décadas de solvencia técnica, investigadora y productiva».
Plantar cara a los despidos
Ante la eventualidad de que la totalidad de la plantilla pierda su trabajo y deje de percibir la indemnización que les correspondería en el marco del concurso de acreedores instado por la propia empresa, una parte importante de la plantilla se ha puesto en contacto con Colectivo Ronda. En este sentido, Josep Pérez, uno de los abogados que integran el equipo de Colectivo Ronda, considera que hay que velar para que el proceso se desarrolle con el máximo respeto hacia los derechos y las legítimas expectativas de la plantilla. «No permitiremos -afirma Pérez- que se use el trámite del concurso de acreedores con el fin de desprenderse con el menor coste posible de la plantilla, defraudando sus intereses, y poder vender así libre de cargas el equipamiento, el conocimiento y unas instalaciones inmensamente valiosas. Nos opondremos firmemente y defenderemos el futuro de una empresa que ha alcanzado elevadas cuotas de excelencia y no merece cerrar puertas por un problemas que en ningún caso han generado los trabajadores y trabajadoras».