Yendo más allá de esta definición, sin embargo, diríamos que el Derecho de Familia es una rama del Derecho dedicada a algo tan relevante y delicado como es la vivencia personal en el entorno familiar, probablemente el más importante de todos los ámbitos de socialización en que participamos en el curso de nuestra vida. Un entorno cambiante y no exento de la posibilidad de conflicto, sino al contrario. Situaciones problemáticas que requieren conocimientos jurídicos, pero también una mirada sensible y comprensiva para encontrar la solución más justa y adecuada para todas las partes implicadas y, especialmente, aquellas que resulten más vulnerables.