En sus comienzos, el Colectivo Ronda se dedicaba fundamentalmente al asesoramiento laboral y de seguridad social de trabajadoras y trabajadores y al asesoramiento antirrepresivo durante la dictadura. Algunos de estos fundadores pensaban que cuando llegase la democracia su labor ya no sería necesaria. Pero no fue así. En lugar de desaparecer, la tarea se convirtió en punto de referencia para las clases populares, y todavía lo es actualmente.
Con el tiempo, los fundadores fueron potenciando nuevas líneas, como la asesoría jurídica de los derechos de las personas y de los colectivos en cualquiera de los aspectos de la vida social, para trabajar hacia unas relaciones más respetuosas y dignas. Así, desde Ronda se comenzó a trabajar desde aspectos estrictamente represivos o que atentasen contra las libertades individuales o colectivas hasta aspectos de derecho penal, medioambiental, de urbanismo, de extranjería, administrativo y fiscal.
Actualmente, los fundadores continúan vinculados al compromiso cívico, social y político del Colectivo Ronda, difundiendo su actividad y participando en actos que lo proyectan al exterior.